«Amado amigo, oro para que estés prosperando en todos los sentidos y que continuamente goces de buena salud, así como tu alma está prosperando».
(3 Juan 1:2 TPT).
Es impactante el privilegio que tenemos como hijos de Dios. Hemos recibido la abundancia de la gracia del Padre y el don de justicia y esto nos capacita para reinar en la vida; significa que podemos ejercer un dominio sobre cada situación y circunstancia que enfrentamos. Tenemos la identidad correcta (hijo), la posición (rey), la condición necesaria (justo), y la provisión (todas las cosas). Con todo esto a nuestro favor, ¿qué nos impide vivir la realidad que nos corresponde?
Podríamos dar muchas explicaciones, pero vamos a lo más acertado: el alma debe prosperar en las verdades que acabamos de mencionar. La información nos apunta en la dirección correcta, pero esa información debe convertirse en una creencia firme: fe. La fe es una convicción, una certeza interior que lleva el alma a prosperar en las realidades del reino. Cuando el alma prospera, la vida es transformada, y esto es lo que nos lleva a vivir las realidades provistas en Cristo. No es difícil, pero sí requiere nuestra cooperación e inversión.
El alma prospera cuando tiene la verdad de Cristo reinando en su interior, dominando los pensamientos, las emociones, sujetando las opiniones propias y la voluntad egoísta. Cuando tu alma prospera en Cristo, las cosas que no te representan, comienzan a desaparecer, y tu identidad de hijo se manifiesta. Invertir tiempo en tu vida espiritual escuchando, meditando, hablando, testificando, es la inversión más grande en la vida porque te lleva a prosperar hacia adentro y como consecuencia, todo fuera de ti tendrá que reflejar lo mismo. De esa manera, ejerces tu dominio, primeramente en tu interior, para después imponerlo en lo exterior.
MI GPS 2024 – JULIO – Ejerciendo tu dominio: «Asi como prospera tu alma»
Releated Posts
ADVERTISMENT