«Verás, cada hijo de Dios vence al mundo, porque nuestra fe es el poder victorioso que triunfa sobre el mundo. Entonces, ¿quiénes son los conquistadores del mundo que derrotan su poder? Los que creen que Jesús es el Hijo de Dios».
(1 Juan 5:4-5, TPT).
La fe celebra la victoria que Cristo ya ganó. La fe no lucha para lograr la victoria, resolver un problema o sanar a alguien, sino para apropiarse de la victoria que ya está en Cristo. Este concepto es importante para reinar en la vida. Muchos hijos de Dios creen que es su responsabilidad ganar la batalla. Su enfoque de fe está puesto sobre el esfuerzo de algo que deben lograr, en vez de algo que ya está resuelto, y ellos simplemente deben tomar posesión de ello.
La batalla de la fe que vives es la de mantenerte en la fe del hijo de Dios. Lo que vivimos ahora en la carne, lo hacemos en la fe del hijo de Dios (Gálatas 2:20), una fe que ha ganado la victoria completa. Reinar en la vida es posible porque no depende de nuestra capacidad de ganar «batallas» o «vencer adversidades» por nuestros esfuerzos. Reinar en la vida se basa en el hecho de que hemos recibido la abundancia de su gracia y el don de la justicia, pensando y creyendo lo mismo que el Padre.
Debes estar convencido de lo que estás creyendo, de lo contrario, no podrás vivir en la victoria que te pertenece. Cuando vives en tu esencia de amor, ese amor elimina el temor que desvía tu enfoque, pensamientos y creencias para que puedas tomar posesión de tu victoria. La fe del hijo de Dios te mantiene firme, estable y sin vacilar. Te permite permanecer conectado a la fuente verdadera y reflexionar: «Yo vivo lo que Cristo ya cree de mí y ha ganado para mí».
Tu fe celebra una victoria ya ganada por Cristo y se apropia de ella como un hecho ya realizado. Vive en la fe del Hijo de Dios.
MI GPS 2024 – SEPTIEMBRE- Viviendo la fe del hijo de Dios: Celebrando la victoria ya ganada.
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