«Y articulamos estas realidades con las palabras que nos imparte el Espíritu y no con las palabras enseñadas por la sabiduría humana. Unimos verdades reveladas por el Espíritu con palabras reveladas por el Espíritu».
(1 Corintios 2:13, TPT).
Todos los que han recibido la abundancia de su gracia y el don de justicia están calificados para reinar en la vida. Estos dos regalos por parte del Padre nos han posicionado y nos enseñan cómo ejercer ese derecho. Como ser espiritual, debes enfocar tus pensamientos, valores, cultura, percepciones y creencias en el pensamiento del Padre, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Reinar en la vida es únicamente posible desde el reino de nuestro Padre.
Muchos hijos de Dios anhelan reinar en la vida, sin embargo, su vivencia diaria está dirigida por sus cinco sentidos y de lo que aporta su entorno. Están más conscientes de una realidad temporal que de la Verdad eterna. Han dado mayor validez a un mundo inferior que al poder del Padre y la esfera espiritual. Si quieres reinar en la vida debes aprender para ti mismo lo que significa «acomodar lo espiritual a lo espiritual», enfocándote en Cristo y eliminando las influencias de lo temporal.
Reinar en la vida es vivir consciente de tu unión continua con Cristo, siendo dirigido desde tu interior, apoyado en las palabras de Cristo. Estas palabras, que son espíritu y vida, son las que te guían para ajustar tus pensamientos, meditación y creencias a lo que Cristo ha hecho por ti. Implica ser sensible a cualquier cosa que te aleje de la paz y la confianza, y eliminar esas influencias de tu vida como los pensamientos, el razonamiento humano, las excusas, las justificaciones y el papel de víctima. Acomodar lo espiritual a lo espiritual es alinear todo tu ser a Cristo y a su obra completa por tu vida. Significa apropiarte de todo lo que te pertenece y no considerar otra opción o posibilidad. Estás completo en Él.