Año 2024 Guiados para reinar

“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.”

En el mes de septiembre de cada año, estamos atentos al Espíritu Santo para percibir el enfoque profético del nuevo año. Hemos visto que, como familia Cosecha Mundial, experimentamos una transición sobrenatural y casi inconsciente en ese tiempo. Es el previo que tenemos el privilegio de percibir, reflexionar y conocer. Es la palabra profética que direcciona nuestro enfoque como Iglesia, llevándonos a vivir las realidades de esa impartición si la honramos y la abrazamos.

Por años se viene hablando a la Iglesia en general, que la creación gime por la manifestación de los hijos de Dios (Romanos 8:19-22). Es la Iglesia que ha sido enviado a evidenciar el reino de Dios a favor de ella y la humanidad. Es la Iglesia que debe tener una convicción inconmovible de la realidad de ese reino manifestado en amor y poder, y la autoridad absoluta del Rey de ese reino, Jesucristo. Él nos enseñó por su predicación de la llegada de su reino, que el enfoque en la oración es “como en la esfera del Padre, así también en la tierra” y que cuando las tinieblas incrementan, nuestra luz brilla aún más fuerte; somos una ciudad de luz colocada sobre una colina, la sal de tierra y embajadores de un mensaje de reconciliación, no de un ultimátum o condenación. Este es el tiempo de enfocarnos en manifestar esa verdad.

Guiados para reinar, es una dirección del Espíritu Santo para llevar a la Iglesia a descubrir con mayor magnitud no solo el mandato de “dar a conocer el reino de Dios”, sino también su capacidad en Cristo para acceder a lo sobrenatural, lo que nos permite evidenciar la verdad del amor de Dios al mundo. Ser testigos de ese reino de amor y poder es nuestra misión como Iglesia. Es cada hijo de Dios en su esfera de influencia demostrando el reino, llevando a las personas a vivir la nobleza que son en Cristo. Comenzando desde el hogar, el ámbito laboral, las amistades y los lugares donde se desarrolla, la Iglesia está destinado a reinar. Cristo nos capacitó como hijos de Dios para reinar aquí en esta tierra.

Reinar significa ejercer un poder o liderazgo sobre un territorio, tener una influencia significativa sobre un ámbito. Es un término de realeza y en el contexto del reino de Dios, implica el liderazgo e influencia de los hijos de Dios, extendiendo la manifestación de la buena voluntad del Padre a favor de cada persona en esa esfera. Reinar significa que podemos ejercer esa autoridad dada por Cristo sobre TODA adversidad, y sujetar aquellas cosas contrarias a la voluntad del Padre, a la verdad de Cristo. Reinar nos permite suministrar los recursos del Padre en Cristo a favor de nuestro entorno. Somos ministros competentes, embajadores de un reino, hijos de nuestro Padre.

Reinar en vida significa que no aceptamos una “salida fácil”, buscando escapar de este mundo, sino más bien, ocupándonos en esa misión posible que Cristo nos dio de discipular naciones. Es uno de los desafíos más extraordinarios que Cristo nos ha confiado y es posible cuando comprendemos que en Él y por medio de Él, somos destinados a reinar.

´Guiados para reinar´ implica que la guía del Espíritu Santo es necesario. Todo hijo debe acceder a la sabiduría en Cristo para saber cómo ejercer esa autoridad e influencia para el bienestar de su entorno. Amando con la misma madurez con que le Padre nos ha amado es necesario para reinar, ya que la autoridad del reino funciona desde ese amor. La identidad en Cristo y nuestra esencia de amor es imprescindible. Vivir desde nuestra esencia de amor nos encamina en lo perfecto, guiándonos conforme al corazón del Padre. En esa unión con su corazón, sus prioridades, su perspectiva y los recursos de su reino fluyen con abundancia. Una de las represas más grandes en la vida de los hijos de Dios y lo que impide la abundancia de vida, es su inconsistencia de permanecer ese amor incondicional. Ese amor nos guía para reinar, para acceder a la provisión del Padre, de mantenernos en el estado espiritual de reposo y de manifestar la voluntad de Dios a favor de nuestras familias, ciudades y naciones.

´Guiados para reinar´ debería embarcarte en una hermosa aventura con Cristo. Es una mirada profética para este año y tu invitación personal de Cristo para ser protagonista en el tiempo más maravilloso en la historia. Él pagó el máximo precio posible para que tú y yo viviéramos como los reyes que somos, reinando sobre el territorio que Él nos confió, transformando ambientes, cambiando las historias de familias y levantando a nuestras naciones a su propósito inicial. ´Guiados para reinar´ nos llevará a comprobar la actualización contemporánea de cada uno de los milagros de Cristo. Su modelo se convertirá en nuestro diario caminar, accediendo a la esfera espiritual para traer a tierra la demostración de su amor y poder. Cristo no está limitado ni tampoco nosotros, la Iglesia. Somos su cuerpo, su extensión y seremos guiados para reinar.

Una palabra profética es una invitación. Tu ¨sí” y tu constante afirmación de vivir esa realidad es lo que te llevará a las dimensiones ya preparadas para ti. No tienes que saber “cómo”, sino decir “yo quiero”. Su gracia en ti obrará mucho más abundantemente de lo que puedes imaginar. Nuestro año 2024, ´Guiados para reinar´ es para todos.

“La muerte una vez nos tuvo en sus garras, y por el error de un hombre, la muerte reinó como rey sobre la humanidad. Pero ahora, ¡cuánto más estamos cautivos en las garras de la gracia y continuamos reinando como reyes en la vida, disfrutando de nuestra libertad real a través del don de la justicia perfecta en el único Jesús, el Mesías! Romanos 5:17 TPT